Contador de sonrisas:

18 de enero de 2013

No era especial. Pero era.

No te voy a hablar de besos, de caricias, de sonrisas. Ni si quiera de sexo. Te voy a hablar de tardes en tu espalda. De mil copas agarrada al mismo cuello. De noches sin saber dónde terminaban las sábanas. De ojos que no necesitan ser verdes para hablar. De lágrimas distintas a todas las demás. De la sinceridad que sólo aparece entre determinados brazos. Del amor desenfrenado, de los gritos sordos y los arañazos que intentan decir lo que la voz no puede. De la estúpida reacción que trae la mezcla de ganas e impotencia. Del idiota que propuso asociar tacones con noches largas y alcohol.  De labios rojos en el cuello de una camisa blanca. De mis piernas en tus hombros. Del frío en el culo si me levantas la falda. De susurros en la oreja que erizan hasta el último pelo del cuerpo. De mecheros que encendieron los cigarros más amargos. Del vaso de agua de después de quedarte sin respiración. De escasos minutos capaces de matar años. De las tres manzanas que nos separan y la incapacidad de dar un paso. De mis huellas en tu cuarto, en tu cama, en tu tripa. De vasos de whisky que llevan tu nombre escrito en el fondo. No te voy a hablar de amor. Te voy a hablar de cráteres infinitos, de princesas con tanga rojo que terminan buscando unas sábanas en las que perderlo. De braguetas rotas. De soles que no salen nunca y de lunas que se hacen esperar. Te voy a hablar de personas como vía de escape a la estupidez social, a lo establecido, al guardar las formas. De góndolas que parecían distintas a todas las demás. De amantes entusiasmados y de paredes de hoteles cansadas de ver todas las noches, las mismas noches. No era especial. ¿Es que hay algo que lo sea? No era especial. Pero era, y con eso bastaba.

17 de diciembre de 2012

Blues, vino y risas sin justificar.

"Si vienes esta noche a quitarme a besos los complejos, te invito a una copa." No puede prometerte mucho. Apenas tiene edad para votar y ya le fallan los sentidos todos los sábados por la noche. Mírala. Se está fijando en tu sonrisa. Han sido ya muchos los que han pasado por esa cama y se han ido a la mañana siguiente sin dejar una nota en la encimera con un número de teléfono. Algunos sin dejar si quiera su nombre.   Y tal vez tú no seas diferente. A ella tampoco le importa. Ahora sacará el vino, sonará Janis Joplin en ese trasto viejo que hace años que no suena bien y después de un par de copas, como todas las noches, el frio hará el resto. Y mañana... Mañana quién sabe qué pasará. A fin de cuentas, con la luz del día todo se ve más absurdo. Como te decía, no puede prometerte mucho. Pero puede invitarte a esa copa.

27 de mayo de 2012

Y en el aire cultivo palabras que voy a susurrarte al oído.

Eres una espina clavada. Como una herida que cicatriza solo por fuera. 
Eres un viernes de resaca. 
Eres esa sensación de irse para volver. 
Eres el frío en verano. 
Eres la sonrisa que te sale cuando estás triste. Y la lágrima que te sale de tanto reír. 
Eres la dulce impaciencia del sexo en la encimera; eres las dudas, las ganas y el vicio hecho persona. 
Eres la inquietante soledad de un domingo sin lunes. 
Una gota de agua secándose en mis ojeras. Curioso, porque también eres mis ojeras. 
Es la paradoja de un vacío llenándote por dentro. 
Es la rebeldía de un lunar que huye del resto y se esconde en su cuello. 
Eres el sondio insoportable del silencio cuando estás a punto de gemir. 

Quédate a vivir en esta duda mientras dure y mírame como si ayer nos hubiésemos querido, como si mañana también te quedaras a dormir. 




23 de enero de 2011

# Tropiezas con la realidad, corres tras un sueño.


Vivan las oportunidades desaprovechadas
Viva la impotencia
Vivan las consecuencias de la timidez
Vivan los límites de la estupidez humana y las personas que los rozan
Vivan las ninfómanas románticas
Vivan los pajilleros enamorados
Viva el arrepentimiento
Vivan todos los que nos sentimos identificados con este video.

27 de noviembre de 2010

Cuando el alma necesita un cuerpo que acariciar.

-Un Martini con vodka
-¿Mezclado o agitado?
-Tengo cara de que me importe?

Me acuerdo de tus manías, de tus gustos y de las cosas que te encantaba que hiciese, de mucho que las odiabas. Me acuerdo de cada una de las veces que me guiñaste el ojo izquierdo. Podría decirte el número exacto de veces que me dijiste "te quiero" sinceramente, y el número exacto de veces que me lo dijiste por cumplir, y las veces que me lo dijiste sin pensar, porque te salió sin más, e incluso podría decirte con exactitud las veces que no me lo dijiste.

Las noches de la mano de mi cigarro se hacen muy largas, me da mucho que pensar... me da demasiado tiempo para echarte de menos. ¿Vas a decir algo? Déjalo, no hace falta. Tú siempre esperas gestos, yo palabras: Vivimos en mundos diferentes.