Contador de sonrisas:

17 de diciembre de 2012

Blues, vino y risas sin justificar.

"Si vienes esta noche a quitarme a besos los complejos, te invito a una copa." No puede prometerte mucho. Apenas tiene edad para votar y ya le fallan los sentidos todos los sábados por la noche. Mírala. Se está fijando en tu sonrisa. Han sido ya muchos los que han pasado por esa cama y se han ido a la mañana siguiente sin dejar una nota en la encimera con un número de teléfono. Algunos sin dejar si quiera su nombre.   Y tal vez tú no seas diferente. A ella tampoco le importa. Ahora sacará el vino, sonará Janis Joplin en ese trasto viejo que hace años que no suena bien y después de un par de copas, como todas las noches, el frio hará el resto. Y mañana... Mañana quién sabe qué pasará. A fin de cuentas, con la luz del día todo se ve más absurdo. Como te decía, no puede prometerte mucho. Pero puede invitarte a esa copa.

27 de mayo de 2012

Y en el aire cultivo palabras que voy a susurrarte al oído.

Eres una espina clavada. Como una herida que cicatriza solo por fuera. 
Eres un viernes de resaca. 
Eres esa sensación de irse para volver. 
Eres el frío en verano. 
Eres la sonrisa que te sale cuando estás triste. Y la lágrima que te sale de tanto reír. 
Eres la dulce impaciencia del sexo en la encimera; eres las dudas, las ganas y el vicio hecho persona. 
Eres la inquietante soledad de un domingo sin lunes. 
Una gota de agua secándose en mis ojeras. Curioso, porque también eres mis ojeras. 
Es la paradoja de un vacío llenándote por dentro. 
Es la rebeldía de un lunar que huye del resto y se esconde en su cuello. 
Eres el sondio insoportable del silencio cuando estás a punto de gemir. 

Quédate a vivir en esta duda mientras dure y mírame como si ayer nos hubiésemos querido, como si mañana también te quedaras a dormir.